El ambiente aquí es de serenidad y tranquilidad absolutas, muy apreciado por la familia y los invitados. Abundan las comodidades contemporáneas, desde un sistema doméstico inteligente hasta aire acondicionado y calefacción por suelo radiante, para una vida agradable en todas las épocas del año. Un garaje de unos 50 m² puede albergar dos coches, e incluso incluye un cuarto de baño para invitados. Un sistema de alarma proporciona una seguridad tranquilizadora, junto con un pozo de agua y conexión a la red eléctrica municipal. Un sistema de riego automático cuida del jardín, que requiere poco mantenimiento. Para que la experiencia de mudarse sea lo más fluida posible, adquiera esta casa totalmente amueblada: sólo tiene que traer una maleta y empezar la experiencia mallorquina de ensueño.

Justo al pie de la colina se encuentra la encantadora localidad costera de Porto Colom, una postal de la clásica vida mediterránea. En este auténtico pueblo pesquero, con su bonito faro, sus coloridas casetas varadero y sus acogedores restaurantes y bares, el ritmo es realmente relajado. Hoy en día, los yates se mecen en el puerto junto a las tradicionales barcas de pesca. A los niños les encantará la playa familiar de Cala Marcel, mientras que los adultos preferirán los chiringuitos de ensueño de Bar Blau, S'Arenal y Cala Sa Nau, todos a un corto paseo en bicicleta desde la finca. En el cercano Vall D'or se puede jugar al golf, mientras que las sinuosas calles de Santanyí ofrecen elegantes restaurantes, bares y galerías.